Salí del metro con frio y con ganas de llegar muy rápido a mi casa, ese día tuve que compartir el auto con Isabel, así que use los métodos de transporte público.
Pasó un taxi y me subi sin titubeo para que me llevara, el viaje duraba muy poco, 6 minutos para ser exacto, y sabia que costaba $1.000, los mismo que estaba seguro que llevaba en mi billetera.
en el momento de pagar me percato que no eran $1.000 pesos lo que tenia en la billetera sino $10.000, feliz por el aumento de capital pero complicado por la cara de poto que me hiba a poner el taxista cuando uno les paga con "billetes grandes". Se dió vuletas y me dijo "NO TENGO VUELTO"
Lo mire con cara de "que hago" y antes que pudiera decirle nada me dijo: Mire no se preocupe bajese no más, pero mañana le regala estos $1.000 a alguien.
"MUCHAS GRACIAS" conteste con cara de hueón y me baje rápido antes de que se arrepintiera.
(...)
Al día siguiente manejando por Eleodoro Yañez con Pedro de Valdivia un limpiador de vidrios se abalanzó sobre el auto y empezo a limpiar sin que yo le diera el "si", estiro su mano y me dijo "jefe lo que tenga me sirve" y le conteste: "limpia todos los vidrios"
Me miró de manera extraña pero de todos modos lo hizo y se acerco esperando unas monedas, le pasé la "luca" que el taxista me sugirio regalar.
UHHHHHHH GRACIAS JEFE, SE PASO PAPITO.
el se fue feliz y yo me sentí que habia pagado la deuda moral que el taxista me dejó

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